Los representantes israelíes llegaron a México con el objetivo de cerrar un importante acuerdo de venta: el ejército mexicano sería el primer cliente en adquirir su programa espía de vanguardia, conocido como Pegasus.

Sin embargo, surgieron desacuerdos sobre el precio y la entrega del software de espionaje durante las negociaciones. El general mexicano a cargo solicitó una pausa hasta la noche, según testimonios de personas presentes en las conversaciones y una tercera fuente familiarizada con las negociaciones.

Esa misma noche, un grupo de vehículos trasladó a los ejecutivos israelíes a un nuevo lugar para continuar con las cruciales negociaciones: un club de striptease en el corazón de Ciudad de México.

Desde entonces, el programa Pegasus se ha convertido en un símbolo global del alarmante alcance de la vigilancia estatal. Gobiernos de Europa a Medio Oriente han utilizado esta herramienta para hackear miles de teléfonos móviles.

México ha tenido una experiencia singular con las capacidades y los riesgos de esta tecnología, ya que fue el primer cliente de Pegasus y se ha convertido en el usuario más prolífico de este famoso programa espía, según revela una investigación de The New York Times basada en entrevistas, documentos y pruebas forenses de teléfonos intervenidos.

Aunque México inicialmente utilizó la herramienta para combatir a civiles que enfrentaban al Estado, el Times descubrió que el país sigue utilizando Pegasus para espiar a defensores de los derechos humanos, incluso en fechas recientes, a pesar de las afirmaciones del gobierno mexicano de haber detenido tales abusos.

Pegasus es una herramienta excepcionalmente poderosa, capaz de infiltrarse en la vida digital de una persona sin dejar rastro y extraer todo tipo de información, incluyendo correos electrónicos, mensajes de texto, fotos y citas del calendario, mientras monitorea en tiempo real todas las actividades del dispositivo.

Además, puede registrar las pulsaciones del teclado, incluso en aplicaciones cifradas, y acceder a la cámara y el micrófono del teléfono, incluso cuando parece estar apagado.

Si bien se ha utilizado para combatir la delincuencia y desarticular redes de abuso infantil, así como para detener a criminales famosos, como el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, conocido como el Chapo, Pegasus también ha sido utilizado ilegalmente una y otra vez por gobiernos para espiar y reprimir a defensores de derechos humanos, activistas de la democracia, periodistas y otros ciudadanos que desafían la corrupción y los abusos.

Ante las preocupaciones sobre el uso malicioso de Pegasus en todo el mundo, el gobierno de Biden incluyó a NSO Group, la empresa israelí que fabrica el programa espía, en su lista negra en 2021.

Sin embargo, a pesar de las evidencias de abusos de Pegasus en México, el gobierno israelí no ha ordenado poner fin a su uso en el país, según cuatro fuentes familiarizadas con los contratos de esta tecnología.