Este 10 y 11 de agosto de 2023, la Secretaría de las Culturas y Artes (Seculta), del gobierno del estado de Oaxaca anunció la reapertura del Museo Prehispánico “Rufino Tamayo” y del Museo Ervin Frissell, que habían permanecido cerrados, por casi cuatro años y por alrededor de 30 años, respectivamente. La reapertura de ambos recintos culturales, se
Este 10 y 11 de agosto de 2023, la Secretaría de las Culturas y Artes (Seculta), del gobierno del estado de Oaxaca anunció la reapertura del Museo Prehispánico “Rufino Tamayo” y del Museo Ervin Frissell, que habían permanecido cerrados, por casi cuatro años y por alrededor de 30 años, respectivamente.
La reapertura de ambos recintos culturales, se realizó en actos protocolarios encabezados por la secretaria de Cultura Federal, Alejandra Frausto, quien reconoció que Oaxaca es uno de los estados donde persiste la resistencia de las culturas originarias de los pueblos indígenas.
A la apertura de estos dos museos, se suma la recisión de comodato que hizo efectiva el gobierno estatal, el 28 de junio pasado, cuando recuperó el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).
Museo Prehispánico “Rufino Tamayo
Este museo resguarda la colección que fuera propiedad del artista plástico oaxaqueño, Rufino Tamayo, quien, tras sumar objetos de relevancia histórica a su acervo, por un periodo mayor a 20 años, haciendo un total de 800, decidió donarlas al estado de Oaxaca para constituir el Museo Prehispánico que hoy lleva su nombre y que se inauguró en el año 1974.
El museo cerró sus puertas al público en 2020, ante la pandemia por Covid-19, que obligó a hacer una pausa en todos los sitios públicos, ante el riesgo de contagio. El museo fue dirigido desde su apertura y hasta 2019, por Alicia Pesqueira, quien al morir, dejó a cargo a su hijo, Enrique Esesarte Pesqueira, quien formaba parte del patronato que manejó por años el museo, así lo confirma el propio integrante del patronato, en una entrevista de video, otorgada para Cortv, en 2017.
Durante la gestión, el museo era administrado por dicho patronato, mientras que al interior, laboraban empleados sindicalizados del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Las y los trabajadores denunciaron que Esesarte Pesqueira, quien fungía como coordinador del museo, “vendía”, visitas guiadas al museo, por 2 mil pesos, durante la pandemia.
Este “conflicto de intereses”, así como señalamientos al gobierno estatal por no tomar en cuenta al museo para convenios de colaboración, alargaron su cierre por más de un año después de que culminó el confinamiento por la emergencia sanitaria.
Cuando comenzó la actual administración estatal, el secretario de las Culturas y Artes, Víctor Cata, recibió la instrucción del gobernador Salomón Jara de realizar acciones para que “todos los museos en conflicto regresaran a la rectoría del Estado y abrieran sus puertas”.
Así, el funcionario y el consejero jurídico Geovanny Vásquez Sagrero, encabezaron reuniones con las instancias y representaciones sindicales correspondientes, a fin de lograr la reapertura del museo, que quedó bajo la dirección de la museógrafa Laura Dada.
En este caso, el secretario de Cultura, Víctor Cata, no descarta que el patronato continúe colaborando en las labores del museo; sin embargo, precisa que los contratos de colaboración deben ser claros, pues el Estado debe conservar la rectoría de los museos.
“Es importante señalar que el museo será administrado por el Estado, de una forma transparente, para garantizar que, como oferta cultural, esté disponible al público”, dijo.
Museo Ervin Frisell
Ubicado a un costado del Palacio Municipal de la Villa de Mitla, en un edificio colonial que data del Siglo XVIII, el Museo Ervin Frissell recibió a sus primeros visitantes luego de 30 años en los que permaneció cerrado al público.
Datos del Sistema de Información Cultural precisan que el museo está instalado en la Casa Consistorial donde vivía el cura asentado en Mitla con sus ayudantes y algunos soldados de la guardia española. Con el paso del tiempo, la casa pasó a ser propiedad de la Familia Quero, que la utilizaban como habitación, hostal y tienda, la cual fue conocida como La Sorpresa.
El inmueble fue comprado por el abogado Ervin R. Frissel, en 1948, quien generó una colección de más de 4 mil objetos arqueológicos.
En 1959, Frisell donó su colección al México City College AC, que quedó bajo la administración del doctor John Padock, hasta 1989, cuando el acervo arqueológico pasó a ser propiedad de Universidad de las Américas de Puebla.
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