La trata de personas en Yucatán es una red invisible. “Quienes viven de la trata no son inexpertos. Es gente que estudia, ve, analiza, investiga. Hay todo un sistema”, asegura Víctor Manuel Chan Martín, presidente de la asociación civil Hogares Maná. El psicoterapeuta con veintisiete años de labor social comparte su inquietud ante la trata de
La trata de personas en Yucatán es una red invisible. “Quienes viven de la trata no son inexpertos. Es gente que estudia, ve, analiza, investiga. Hay todo un sistema”, asegura Víctor Manuel Chan Martín, presidente de la asociación civil Hogares Maná.
El psicoterapeuta con veintisiete años de labor social comparte su inquietud ante la trata de personas en Yucatán, un problema en ascenso que es difícil de cuantificar y constituye un sistema articulado para generar riqueza sin distinguir estratos sociales.
El directivo dice que los tratantes se aprovechan de cualquier vulnerabilidad. “Hay niñas, adolescentes de 13 o 14 años que suben a sus redes fotos íntimas, en ropa interior, por ellas mismas, sin que alguien les diga. Un tratante mira esas fotos y, por supuesto, considera que puede servir para su negocio. Obviamente la va a buscar, encontrar, invitar o secuestrar y tener en su red. Utilizan promesas de modelaje, de mejoría económica y terminan en casos de trata”.
“Muchas veces sólo se considera que es trata si es explotación sexual o prostitución forzada. Es mucho más: son matrimonios forzados, tráfico de órganos, servidumbre…
Lea la tercera entrega (y las anteriores) de esta investigación especial, exclusiva para Suscriptores, en https://bit.ly/3F0xqIU o la edición impresa de Diario de Yucatán
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